Compresión

Los compresores de audio reducen el rango dinámico de una pista procesada. La compresión del rango dinámico acorta la distancia entre la amplitud más alta y la más baja a lo largo de una cadena de señal, creando un sonido más equilibrado y consistente.



El rango dinámico es la distancia entre las partes más silenciosas y las más ruidosas de una pista de audio. Cuando se comprime el audio, las partes más silenciosas se amplifican y las más ruidosas se atenúan.

El resultado es una pieza de audio más equilibrada con una nivelación más consistente en toda la pista procesada. La compresión también puede introducir o resaltar ciertas frecuencias que antes no eran tan obvias. De este modo, la compresión puede utilizarse para añadir carácter o incluso "ruido" útil a las pistas procesadas.

La principal razón por la que se utiliza la compresión de audio es para reducir el rango dinámico de una señal de entrada. Las pistas "comprimidas" son más fáciles de digerir para los oyentes y ayudan a crear espacio para frecuencias adicionales en una mezcla. Los compresores son especialmente importantes cuando se graban en directo sonidos impredecibles, como voces, que suelen tener niveles de entrada y salida inestables.

Los compresores pueden realzar el sonido y, potencialmente, añadir ruido propio a la ganancia de salida de una señal procesada. Algunos compresores se utilizan para añadir "color" a pistas de audio individuales o a mezclas enteras, especialmente compresores como los de válvulas, diseñados para emular equipos de hardware (lo veremos en otro apartado).

La compresión también puede utilizarse para controlar los picos, por ejemplo, de algunos elementos percusivos como pueden ser el tambor o el bombo. Sucede frecuentemente que no todos los golpes tienen la misma intensidad: en aquellos lugares de mayor amplitud, muchas veces el ataque del transitorio es muy pronunciado. Esto, por supuesto genera picos muy desparejos a lo largo del material, llegando incluso a "molestar" al oído dada esta suba repentina de amplitud, haciéndose evidente esa desprolijidad e inestabilidad.




Concluyendo, podemos usar el compresor para:


  • Controlar la energía de la señal: El oído humano es muy sensible, por lo que la compresión debe ser suave y sutil para no captarla. Este tipo de compresión se utiliza cuando se tiene una señal en la que la intensidad varía, por lo que se comprime para conseguir una señal más constante dentro de los valores que se le asignen.
  • Controlar el nivel de pico de la señal: A menudo los equipos están limitados, por lo que los amplificadores pueden saturar y por lo tanto dañarse. En este caso la compresión se utiliza para controlar la señal y así proteger al equipo.
  • Reducir el margen dinámico de la señal: Al atenuar los picos de una señal, reducimos su rango dinámico. Muchos equipos están limitados por los picos, y esto permite subir el nivel de RMS de la señal.





Algunas consideraciones:

  • La compresión ayuda a que los archivos de audio de calidad suenen más fluidos, sobre todo cuando las pistas se preparan para determinados tipos de salidas estandarizadas, como las plataformas de streaming (lo veremos mucho más adelante en algunos apartados sobre el Mastering).
  • El audio comprimido tiende a sonar mejor, ya que iguala la señal de audio disminuyendo el rango dinámico de la señal de salida. Nuestros oídos prefieren escuchar un nivel de sonido uniforme, lo que se consigue mejor con la ayuda de los compresores.
  • La compresión reduce la diferencia entre las partes altas y bajas de un archivo de audio, lo que puede ayudar a que una pista suene más consistente y, para algunos, mejor. Sin embargo, comprimir en exceso un archivo de audio puede eliminar toda la dinámica de una pista y hacer que la señal procesada suene plana.



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