Propagación del sonido
Ciertas características de los fluidos y de los sólidos influyen en cómo se propaga el sonido. La propagación en los sólidos y en los líquidos se da con mayor rapidez que en los gases.
En general cuanto mayor sea la compresibilidad (1/K) del medio tanto menor es la velocidad del sonido. También la densidad es un factor importante en la velocidad de propagación, en general cuanto menor sea la densidad (ρ), a igualdad de todo lo demás, menor es la velocidad de la propagación del sonido. La velocidad del sonido (v) se relaciona con esas magnitudes mediante la fórmula (de todos modos, lo trataremos en otro apartado):
En los gases, la temperatura influye tanto sobre la compresibilidad como sobre la densidad, de tal manera que un factor de suma importancia es la temperatura del medio de propagación.
La propagación del sonido está sujeta a algunos condicionantes.
La transmisión requiere la existencia de un medio material donde la vibración de las moléculas es percibida como una onda sonora.
En la propagación en medios compresibles como el aire, la propagación implica que en algunas zonas las moléculas de aire, al vibrar se juntan (zonas de compresión) y en otras zonas se alejan (zonas de rarefacción), esta alteración de distancias entre las moléculas de aire es lo que produce el sonido. En fluidos altamente incompresibles como los líquidos las distancias se ven muy poco afectadas pero se manifiesta en forma de ondas de presión. La velocidad de propagación de las ondas sonoras en un medio depende de la distancia promedio entre las partículas de dicho medio, por tanto, es en general mayor en los sólidos que en los líquidos y en estos, a su vez, que en los gases. En el vacío no puede propagarse el sonido, nótese que por tanto las explosiones realmente no son audibles en el espacio exterior.
El sonido se propaga de un lugar a otro, pero siempre lo hace a través de un medio material, como el aire o el agua. En el vacío, el sonido no puede propagar, porque no hay medio material.
En el aire el sonido se propaga a una velocidad de 340 metros por segundo.
Como las vibraciones se producen en la misma dirección en la que se propaga el sonido, se trata de una onda longitudinal, que se transmite en línea recta, desde el punto de origen. el sonido pasa a 340 m/s (metros por segundo) aproximadamente, dependiendo del aire.
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