Intensidad

Es la cantidad de energía acústica que contiene un sonido, es decir, lo fuerte o suave de un sonido. La intensidad viene determinada por la potencia, que a su vez está determinada por la amplitud y nos permite distinguir si el sonido es fuerte o débil.


La intensidad del sonido se divide en intensidad física e intensidad auditiva, la primera está determinada por la cantidad de energía que se propaga, en la unidad de tiempo, a través de la unidad de área perpendicular a la dirección en que se propaga la onda. Y la intensidad auditiva que se fundamenta en la ley psicofísica de Weber-Fechner, que establece una relación logarítmica entre la intensidad física del sonido que es captado, y la intensidad física mínima audible por el oído humano.


Esta ley establece que “el menor cambio discernible en la magnitud de un estímulo es proporcional a la magnitud del estímulo”. Esto se puede decir de muchas otras maneras para que lo entendamos; por ejemplo, que "la intensidad de la sensación es proporcional al logaritmo de la intensidad del estímulo", o que “si un estímulo crece en progresión geométrica, la percepción evolucionará en progresión aritmética”.




Para entender mejor la Ley de Weber-Fechner, vamos a ilustrarlo con un ejemplo: si sostenemos en la mano una pelota de 100 gramos, tal vez no la podamos distinguir de otra de 105 gramos, pero sí de una de 110 gramos. En este caso, el umbral para discernir el cambio de masa es de 10 gramos.

Pero en el caso de sostener una pelota de 1.000 gramos, 10 gramos no serán suficientes para que notemos la diferencia, al ser el umbral proporcional a la magnitud del estímulo. En su lugar, nos hará falta añadir 100 gramos para notar la diferencia, por ejemplo.


La formulación matemática de la Ley de Weber-Fechner es la siguiente:

P = k x log (I) = Ley de Fetchner

K es una constante, I es la intensidad.


Fechner defiende que cuando la intensidad del estímulo crece según una progresión geométrica la sensación crece según una progresión aritmética (de forma logarítmica).


Los sonidos que percibimos deben superar el umbral auditivo (0 dB) y no llegar al umbral de dolor (130 dB). Esta cualidad la medimos con el sonómetro y los resultados se expresan en decibeles (dB) en honor al científico e inventor Alexander Graham Bell.

La intensidad también tiene que ver con la direccionalidad, ya que se relaciona directamente con la distancia.

En notación musical se suele indicar la intensidad con los términos tradicionales siguientes, procedentes del italiano:

  1. fortissimo o muy fuerte
  2. forte o fuerte
  3. mezzoforte o moderadamente fuerte
  4. mezzopiano o moderadamente suave
  5. piano o suave
  6. pianissimo o muy suave

La intensidad en música es la cualidad que diferencia un sonido suave de un sonido fuerte. Depende de la fuerza con la que el cuerpo sonoro sea ejecutado y de la distancia del receptor de la fuente sonora. Se trata de una de las cuatro cualidades esenciales del sonido articulado junto con la altura, la duración y el timbre.

Acústicamente la intensidad depende de la amplitud de las vibraciones y particularmente está conectada a una magnitud definida como intensidad acústica, que se mide en W/m² o más comúnmente en decibeles (dB) cuando se mide logarítmicamente (Nivel de presión sonora).​ En psicoacústica la diferencia que mide la percepción de la intensidad musical se define como sonoridad.

La dinámica musical hace referencia a las graduaciones de la intensidad del sonido. Dentro de la terminología musical se denomina matiz dinámico o de intensidad a cada uno de los distintos grados o niveles de intensidad en que se pueden interpretar uno o varios sonidos, determinados pasajes o piezas musicales completas.



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